Las macetas de poliéster son muy fáciles de mantener. De vez en cuando, limpiar el polvo con un cepillo suave y limpiar con un paño o esponja húmeda suave es suficiente para eliminar la suciedad y los depósitos. Evite productos de limpieza agresivos y esponjas abrasivas para mantener intacto el acabado liso.